Reciclaje creativo: Cuando una idea te lleva a crear un negocio de triple impacto
La empresa de Tomás Machuca hoy produce productos deportivos a base de material reciclado.
Tomás Machuca visitó nuevamente la provincia. En esta ocasión, lo hizo en el marco del encuentro “PotenciaTE”, organizado por el Ecosistema Emprendedor de Tucumán (EET), para relatar su experiencia emprendedora que inició con gran éxito hace ya cuatro años. Tomás es fundador de Fenikks, un negocio de triple impacto a través del cual fabrica productos deportivos a base de material reciclado. Con su empresa, tiene presencia en todo el país y, además de los clubes de barrio, trabaja con clubes de primera división como San Lorenso, Gimnasia y Estudiantes de La Plata, Newell’s, entre otros.
“Hoy se siente una gran satisfacción de hacer esto que nos gusta, pero sobre todo de poder colaborar con una buena causa”, expresó Machuca en dialogo con Norte Económico. Y es que por cada par que venden, ellos se encargan de entregar otro como premio en clubes de barrio en los que crean puntos de recolección.
A eso es lo que se refiere el negocio de triple impacto que fundó Tomás: genera un beneficio económico, contribuye al medioambiente y a los barrios donde se instala. Además de brindar beneficios económicos y de estabilidad a las personas con las que trabaja. “En la actualidad, nuestro equipo está conformado por nueve personas, y hemos logrado una capacidad de producción de 10.000 pares al mes. Cada par de canilleras que fabricamos nos permite reciclar 150 gramos de plástico”, señaló.
“La idea de nuestro negocio no surgió inicialmente como un proyecto para generar ingresos. En realidad, se originó cuando rompieron mis canilleras en un entrenamiento y, como eran relativamente nuevas y no podía permitirme comprar otras, decidí buscar la manera de fabricar una por mi cuenta. Utilicé un balde que tenía en el patio, un secador de pelo y una sierra para cortar un pedazo de plástico del balde. Además, agregué algunas imágenes de mi familia que había diseñado en Paint. Con eso, tenía unas nuevas canilleras que llevé al club”, detalló.
Machuca precisó que comenzaron a trabajar en su casa con un amigo hasta que el proyecto comenzó a crecer. “Al fabricar las canilleras con baldes y tubos de PVC, llegó un punto en el que necesitábamos más material. Entonces, empezamos a buscar otros residuos que pudiéramos transformar en canilleras”, comentó.
Alternativa y amplitud de negocio
Fue en ese momento cuando los jóvenes emprendedores descubren en las tapitas de plástico un material muy útil para su propósito. “A medida que aprendíamos, también entendimos que podíamos establecer un negocio de triple impacto. Nuestra iniciativa generaría un impacto social, económico y ambiental en torno a la misión del proyecto”, explicó.
“Nuestra misión era transformar la mayor cantidad posible de realidades, eliminando la contaminación en los espacios compartidos. Así que establecimos las canilleras como un incentivo para el reciclaje y la separación de residuos, con el objetivo de lograr un impacto positivo, sin importar el lugar geográfico donde se llevara a cabo la iniciativa”, añadió.
Tomás reveló ante nuestro medio que emprender “tiene sus dificultades”. Sin embargo, él lo vive como en un videojuego, en donde se “activa el modo difícil que te prepara para superar obstáculos más adelante en situaciones más favorables”. “Siempre habrá desafíos, sin importar el contexto, pero la clave radica en construir un equipo sólido, aprovechar la sabiduría de tu entorno y contar con el apoyo de las personas que te respaldan. Esto te permitirá superar cualquier obstáculo, siempre y cuando mantengas tu pasión por resolver el problema, sin permitir que ningún obstáculo te detenga”, analizó.
¿Qué le dirías a aquellos que recién inician o que sueñan con tener su proyecto?
Lo crucial es dar el primer paso, entender que hacer algo, incluso si no es perfecto, es más valioso que esperar la perfección. No es necesario tener un conocimiento completo antes de emprender una acción y crear un impacto positivo. En el camino, aprendemos mucho más de lo que podemos reunir antes de comenzar hacia nuestra meta ideal. Este ideal nunca se materializa de la manera que imaginamos, siempre evoluciona con matices. Los aprendizajes se presentan a medida que avanzamos y actuamos”.
¿Las posibilidades son las mismas para todos?
Originario de un barrio desfavorecido en Rosario, he tenido la fortuna de encontrar un entorno que me respalda y personas dispuestas a brindar apoyo desinteresado. En mi opinión, para edificar un país que a largo plazo se beneficie en términos generales, es fundamental trabajar en comunidad y aprovechar los conocimientos adquiridos con el tiempo. Las oportunidades están ahí. Lo crucial es saber integrarse en este ecosistema colaborativo.