En la actualidad, la producción de limón enfrenta una crisis debido a una sobreoferta global. Norte Económico dialogó con Hernán Salas, Director Asistente en Tecnología Agropecuaria y Coordinador del Programa Citrus de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (EEAOC) quien explicó que esta situación comenzó después de una década de éxito en la producción de limón, que llevó a un aumento significativo en las plantaciones en todo el mundo, en los lugares adecuados para su cultivo. 

Ante este contexto, una de las variantes que existe para aquellos productores que analizan alternativas para ampliar su horizonte de negocios es el cultivo de naranjas. “El limón, a diferencia de las frutas dulces como la naranja, es considerado un producto inelástico. Esto significa que, aunque el limón se utiliza en muchas comidas como condimento, las cantidades utilizadas son mucho menores en comparación con frutas dulces”, comenzó detallando. 

Salas hizo mención a la diferencia en el precio de la tonelada de limón y naranja, aludiendo a que esta última puede ser de entre 4 y 5 veces más alto. “Esta diferencia es significativa y plantea inquietudes sobre la posibilidad de diversificar parcialmente la producción citrícola incorporando alguna superficie con naranja”, precisó.

Respecto a la producción de naranja en Tucumán, hay que tener mucha cautela, prudencia y es importante destacar que la región tiene ciertas limitaciones. Aunque es posible cultivar naranja en Tucumán, la calidad óptima se alcanza en zonas con mayor amplitud térmica.

“Desde el punto de vista técnico, el proceso de establecer un cultivo de naranja incluye la plantación inicial y su cuidado durante los primeros años. La inversión necesaria para que el negocio sea rentable implica varios costos. En promedio, si el lote viene de limón y debo erradicar, el costo oscila entre 800 y 1.000 dólares, a lo cual debo agregar el costo de plantación y mantenimiento durante 4 a 5 años hasta iniciar la producción, es decir aproximadamente unos US$ 5.000. Se estima que la inversión total hasta que el cultivo comience a producir puede ser alrededor de 6.000 dólares”, detalló.

En términos de tiempo, la producción del cultivo de naranja comienza a ser visible a partir del tercer o cuarto año. “La producción inicial será baja y aumentará gradualmente hasta alcanzar su máximo potencial aproximadamente después del 10° año. Por lo tanto, es necesario planificar con una perspectiva de al menos 5 años para ver una producción significativa”, indicó.

Asimismo, el especialista remarcó que esto no pretende reemplazar la producción de limón, sino que se presenta como una opción adicional para empresas que ya están integradas en toda la cadena de producción, desde el cultivo hasta la fabricación. “Para estos productores integrados, la plantación de naranjas puede ser beneficiosa, especialmente para extender el uso de su infraestructura de molienda durante la época en que cosechan naranjas valencia, que suele ser después de septiembre”, precisó.

“Es importante considerar que la competencia en el mercado global puede afectar los precios. A medida que otros países comiencen a producir más naranjas, es posible que la oferta mundial de jugo de naranja aumente y, con ello, los precios podrían caer”, añadió.

Rentabilidad

Retomando el análisis del contexto global al que se enfrenta la industria del limón, Salas recalcó que, para que vuelva a ser rentable, es fundamental trabajar alternativas de uso para los derivados. “Actualmente, el 80% de la producción de limón se destina al procesamiento industrial, y la oferta de derivados es excesiva. Por lo tanto, se deben desarrollar nuevas alternativas de uso para estos derivados y explorar subproductos adicionales. En este sentido, tanto la EEAOC como ACNOA, estamos trabajando en encontrar soluciones más avanzadas para mejorar la rentabilidad de la industria del limón”, expresó.

“Para mí, una herramienta fundamental para la recuperación sería la inversión en el desarrollo de nuevos productos. Esta inversión, que seguramente será inferior en comparación con las realizadas para la instalación de fábricas y producción, es crucial para avanzar. Se requiere instrumental y equipamiento adecuados, así como un enfoque en el mercado de nuevos productos que tienen una demanda existente”, analizó.

Finalmente, el directivo advirtió que es posible que estos desarrollos no se logren de inmediato, ya que no se producen de un año para otro. Sin embargo, las industrias que enfrentan una situación complicada se verán obligadas a profundizar en estos avances para sobrevivir a la crisis. “En este contexto, el sentido de urgencia y la necesidad de superar la crisis juegan un papel importante. Cuanto más pronto se puedan implementar estos avances, más corta será la duración de la crisis”, concluyó.