“Hay un cambio de paradigma, ya no sólo hablamos de ‘Tucumán es azúcar’, sino de ‘Tucumán es energía’”
La provincia se encuentra en la antesala de sumar un negocio sin precedentes en base al bioetanol.
Tucumán se encuentra ante la posibilidad de una transformación económica significativa, impulsada por su integración en la Liga Bioenergética de Provincias. Esta alianza, que reúne a las principales jurisdicciones productoras de biocombustibles en Argentina, está enfocada en establecer una red regional para la investigación y producción de biocombustibles sostenibles, destinados específicamente a los sectores del transporte aéreo, fluvial y marítimo.
A través de un convenio de cooperación, las provincias del NOA y centro del país han decidido unir fuerzas para promover políticas públicas y proyectos privados orientados a la producción, comercialización y consumo de biocombustibles.
Esta iniciativa se enmarca dentro de una estrategia más amplia para mitigar el cambio climático mediante la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.
Jorge Etchandy, gerente del Instituto de Promoción del Azúcar y Alcohol de Tucumán (IPAAT), destacó en la IV Cumbre Mundial de Economía Circular el cambio de paradigma que vive la provincia: “Durante mucho tiempo, en la provincia se utilizó el eslogan 'Tucumán es azúcar', pero con el avance de la transición energética, hemos visto un cambio significativo. Ahora hablamos de 'Tucumán es Energía'”.
El directivo remarcó que “esta industria bicentenaria supo adaptarse a los cambios actuales y hoy trabaja en pos del cuidado del medio ambiente”. Cabe destacar que el convenio incluye un componente crucial de capacitación, que será llevado a cabo por el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA).
Las formaciones estarán dirigidas a legisladores, funcionarios gubernamentales y otros actores clave, con el objetivo de diseñar normativas locales y nacionales que fomenten las inversiones en el sector bioenergético.
Además, se contempla la transferencia de tecnología basada en la experiencia de Córdoba y del IICA, lo que permitirá a Tucumán no solo producir biocombustible de alta calidad para aviones y barcos, sino también establecer un parque industrial dedicado a esta industria.