"Que lo hagan por amor”, el consejo de “Pepe” Ramón para lograr la inclusión en empresas
Hace tiempo, la empresa de José “Pepe” Ramón traspasó las fronteras provinciales y se convirtió en un ejemplo de inclusión empresarial para muchos de sus pares. Si bien él es la cara visible, hay un equipo detrás que acompaña y disfruta de una experiencia que comenzó hace más de 20 años.
La llegada de Benjamín, un joven con síndrome de Down, exvecino de Pepe en barrio San Martín de Porres, marcó el camino para lo que hoy es un ambiente de trabajo maravilloso, según las propias palabras del empresario. Con el paso del tiempo, Grupo Autopartes, una compañía con variadas unidades de negocio, se convirtió en el ejemplo que diversas empresas del país quieren alcanzar.
Lo que empezó con y por amor es hoy una empresa completamente inclusiva que da trabajo a 14 personas con discapacidad (mañana se suma el primer joven en Salta). “La experiencia nuestra fue fabulosa porque en el 100 por ciento de las incorporaciones los chicos se quedaron. En algunos casos la adaptación costó más, pero lo más lindo es que ponemos una voluntad especial”, expresó Pepe en diálogo con Norte Económico.
En los comienzos no hubo un plan. La llegada de Benja fue totalmente casual. Sin embargo, con el paso del tiempo y las incorporaciones, la empresa comenzó a organizarse y a darles aún más apoyo a los jóvenes. Al día de hoy cuenta con una terapista ocupacional que asiste dos veces por semana a enseñarles procesos laborales, pero además a trabajar con el manejo de sus emociones y relaciones personales.
La apertura de una cuenta de TikTok generó una visibilización tal que alcanzó a empresarios de todas las esferas. “Me llamaron empresarios de todo el país, gente que lo quiere hacer a otro nivel y a todos les digo ‘Si lo vas a hacer, hacelo por amor, porque no vas a tener un beneficio de rendimiento distinto. Lo decisivo es hacerlo por amor’. Nosotros vivimos en la empresa un ambiente maravilloso. Los chicos con discapacidad están perfectamente incorporados, tanto en el ámbito laboral como fuera. Son amigos”, comentó José.
En este punto, añadió que “trato de contestarles a todos. Me representa un esfuerzo de laburo y tiempo, pero siempre pienso que si todas las empresas tuvieran al menos una persona con discapacidad, del kiosco hasta las más grandes, la discapacidad no sería una frontera”.
La alegría y la naturalidad se convirtieron en una filosofía de trabajo. Los chicos se manejan igual que todos y cometen errores como todos. El empresario sostuvo que “estamos seguros de que tenemos una función en la vida, y nosotros hace mucho tiempo nos propusimos que una de las cosas que tenemos que hacer por los demás es dar trabajo”.
Uno de los grandes logros de esta experiencia, según José, es la visibilización que lograron generar y que permitió a la gente entender la discapacidad de una manera más integral. “A nosotros nos gusta, la pasamos bien. Vivir estas cosas te sacan de contexto. Llego todas las mañanas y los chicos corren a abrazarme. Entonces, cuando me preguntan qué le digo a la gente, que lo hagan”, remarcó. Otra de los frutos que destacó fue el desarrollo de la accesibilidad, motorizado principalmente por el ingreso de dos empleadas con discapacidad motriz, para las cuales tuvieron que adaptar las instalaciones.
En Tucumán y otras provincias el objetivo está cumplido porque hay empresas que ya incorporaron personas con discapacidad. Y aunque Pepe admita que eso le genera alegría porque desde su empresa lograron colaborar, sigue firme en su idea de seguir contagiando inclusión.