La aprobación y posterior promulgación de la Ley Bases trajo entre sus filas la eliminación de diversos impuestos en pos de dinamizar y flexibilizar ciertas actividades, según plantearon desde el Gobierno nacional. En ese sentido, uno de los tributos dados de baja fue el Impuesto a la Transferencia de Inmuebles (ITI), el cual abonaba el vendedor de una propiedad adquirida antes del 2017. Se trataba de un porcentaje de 1,5 por ciento para la venta de propiedades.

Romina Gordillo, vicepresidenta del Colegio de Corredores Inmobiliarios de Tucumán, dialogó con Norte Económico sobre este tema y calificó como positiva la eliminación del tributo. Al respecto, explicó: “EL ITI gravaba todas las ventas que se realicen, a menos que sea reemplazo de vivienda. Es decir, una persona vendía su único inmueble, compraba otra cosa y tenía un plazo de 1 año (al comienzo de la vigencia del impuesto, luego fueron 6 meses) para comprar otra vivienda. Cuando una persona declaraba que era única vivienda, no se retenía, pero era el único caso. Si pasaba el plazo y la compra no estaba declarada, AFIP emitía una factura para pagar el impuesto. En todas las demás ventas el vendedor debía pagar el tributo”.

Según la especialista, se trataba de un impuesto que en cierta medida “condicionaba” las negociaciones, por lo que su derogación otorga mayor flexibilidad a favor del comprador. “Es un dinero que antes terminaba en el fisco y hoy no se eroga porque el comprador hace una propuesta y tiene un margen que, si bien no es amplio, permite que el vendedor pueda bajar”, analizó.

Asimismo, consideró que la eliminación, sumado a los créditos hipotecarios, donde las escrituraciones son al 100 por ciento con valores de mercado, son puntos positivos para el mercado inmobiliario y todas las operaciones que conlleva.  

El ITI, que entró en vigencia en 1991 bajo la Ley 23.905, fue válido hasta el 31 de diciembre de 2017, lo que significa que las escrituras de inmuebles adquiridos hasta esa fecha estuvieron gravadas por ese impuesto. Posterior a ese término, las operaciones comenzaron a ser gravadas por el Impuesto a las ganancias.

Por otra parte, Gordillo habló de las desregulaciones generales en el rubro inmobiliario. Opinó que en materia impositiva lo que hacen es transparentar los precios puesto que liberan al comprador de una alta carga de impuestos. No obstante, aseguró que aún falta para ver en el mercado inmobiliario el impacto general de las flexibilizaciones.

En cuanto a los créditos hipotecarios, aseguró que están teniendo muy buen impacto y aceptación en el sector, que se está dinamizando de la mano de la mencionada herramienta, ya que por el momento las operaciones de contado están prácticamente al mismo nivel que previa aparición de los créditos.

En ese sentido, señaló: “Los créditos vigentes son los UVA, los cuales por su baja tasa permiten calificar alto en cuanto al dinero que te van a entregar. Lo que yo recomiendo siempre es que la gente no se endeude al máximo porque hay que recordar que esas cuotas se van a ir ajustando mes a mes, por un valor referenciado a la inflación, por lo que si uno se endeuda hasta un tope podría llegar el momento en que quizás no se puedan afrontar las cuotas”.

Para finalizar, dijo que los créditos ya se empezaron a liquidar y destacó que su impacto es positivo en toda la economía. “Es un dinero que antes no estaba en la economía, lo que quiere decir que no solo está motorizando el sector inmobiliario, sino que es un dinero que entra en circulación y permite reactivar construcciones, ventas en corralones y toda la cadena en general. Esto es el comienzo. Para que veamos todo funcionando tienen que pasar varios meses”, concluyó.