Las recientes heladas registradas en julio en Tucumán dejaron una huella profunda en la producción de caña de azúcar, generando preocupaciones sobre las cosechas y la calidad del producto en los meses venideros. Este evento climático adverso se suma a un contexto inicial favorable, donde el área cañera había disfrutado de un balance hídrico excepcional, lo que prometía una campaña productiva sólida.

Los datos recopilados por CREA Región NOA revelan que las heladas afectaron principalmente el sur de la provincia, donde se estima que “una importante superficie de caña podría quedar sin cosechar debido a condiciones inapropiadas para su molienda”. Esto representa un desafío significativo para los productores, quienes ahora deben acelerar la zafra para minimizar pérdidas en rendimiento y calidad.

Jorge Simón Dublé, miembro de CREA Cañaverales y empresario de la localidad de Aguilares, advierte que la molienda de los ingenios azucareros podría cesar antes del 15 de octubre. “Los rendimientos están bajando, y la calidad del jugo se deteriorará aún más. Estamos en una cuenta regresiva, cuando aún deberían quedar tres meses de zafra”, señaló Dublé en diálogo con revista Chacra.

Por su parte, un informe de la Sección Sensores Remotos y SIG de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (EEAOC) detalla que las heladas de este año han sido intensas y prolongadas. Entre el 11 y el 16 de julio, se registraron temperaturas de hasta -6°C en el sur de la provincia, afectando gravemente los cañaverales. Las heladas, aunque menos severas en el norte de Tucumán, han resultado en daños generalizados en las áreas más afectadas.

Con la zafra 2024 proyectándose en 17,5 millones de toneladas, se anticipa que la producción podría caer ligeramente más del 10% debido a los efectos de las heladas. Las condiciones climáticas futuras, incluyendo lluvias y temperaturas, así como factores como el ritmo de molienda y accidentes de quema, jugarán un papel crucial en determinar el volumen final de caña disponible para la molienda.

El análisis también destaca que el despuntado necesario de los cañaverales será mayor de lo habitual, lo que se traducirá en una disminución tanto en el peso como en la calidad de los tallos. Esta combinación de factores pone de manifiesto los retos que enfrentan los productores en un año ya complicado.

Contexto productivo 

Argentina cuenta con una de las regiones productivas de caña de azúcar más australes del mundo, comparable a Sudáfrica y Australia. A diferencia de otros países productores como Brasil y Colombia, que operan en climas tropicales, la ubicación de Tucumán presenta un mayor riesgo de heladas. 

Este año, el ingreso de aire polar desde el sur exacerbó las bajas temperaturas, causando estragos en la producción. Desde CREA Cañaverales destacan que esta situación resalta la vulnerabilidad de la región ante condiciones climáticas extremas. La combinación de factores geográficos y climáticos subraya la necesidad de adaptarse a los desafíos del cambio climático para garantizar la sostenibilidad de la producción cañera.