El campo tucumano puede impulsar el crecimiento en 2024 a partir del potencial de la bioeconomía
La especialista de la Estación Experimental Obispo Colombres, Daniela Pérez, proyectó que la producción primaria y la agroindustria tendrán un rol preponderante para propulsar la economía provincial.
El potencial del campo para consolidarse como el principal motor de la economía de Tucumán se explica a partir de su trayectoria en la producción primaria y del desarrollo tecnológico de la agroindustria. No obstante, el auge global de la bioeconomía -que implica la generación de biomosa, es decir de energía limpias y de bioinsumos mediante la transformación de residuos- abre un panorama de oportunidades para expandir el crecimiento del campo mediante los bionegocios.
Durante una entrevista con Norte Económico, la jefa del área de Economía y de Estadísticas de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (EEAOC), Daniela Pérez, proyectó que el sector de la producción primaria y el complejo agroindustrial tendrán un rol preponderante en el crecimiento económico proyectado para 2024 debido a la implicancia en el agregado de valor a la producción, a la incidencia en el comercio exterior y al impacto en el empleo local.
-Se espera que el próximo año el campo propulse la economía que viene, ¿por qué el agro es importante para Tucumán y qué proyecta el sector para 2024?
El campo es importante en la economía que se viene por varias razones. Particularmente para Tucumán porque el sector primario representa más de 60% de su Valor Agregado Bruto y el secundario, con fuerte presencia agroindustrial, alrededor del 25%. En el mundo, la demanda de alimentos es creciente, por lo cual el país –y Tucumán en especial- pueden ser grandes proveedores al contar con condiciones agroecológicas y tecnológicas favorables. A esto hay que sumar un ambiente propicio para la producción, para la inversión y para el agregado de valor.
-¿Qué rol tendrá la bioeconomía y qué oportunidades genera para incrementar el potencial del campo tucumano?
Debido a la necesidad de mitigar el cambio climático, hay un abanico de nuevos productos y de negocios innovadores relacionados con la bioeconomía y con soluciones basadas en la naturaleza a los que el campo tucumano puede aportar. El modelo bioeconómico tiene que cumplir, simultáneamente, dos condiciones que lo diferencian del modelo económico y productivo tradicional: utilizar recursos o procesos biológicos (renovables) para la producción de bienes y de servicios, y desarrollar la producción de un modo sustentable. Una importante cualidad con la que cuenta Tucumán para la bioeconomía es la conjunción de su rica base de recursos naturales, aptos para la producción de biomasa (cantidad, calidad y diversidad). La presencia de cierta infraestructura para su transformación y también una cantidad de centros de investigación y universidades para potenciar el conocimiento y la innovación.
Tucumán cuenta, aproximadamente, con 700.000 hectáreas destinadas a la agricultura. Alrededor de 270.000 hectáreas tienen caña de azúcar; 173.000, soja; 97.000, maíz; unas 15.000, porotos; y 47.000 tienen cítricos. En tanto, los cultivos de papa, de palta, de tabaco, de arándanos, de frutilla, de alfalfa y de hortalizas ocupan, cada uno, extensiones inferiores a las 10.000 hectáreas.
-¿Cuántas divisas aporta el campo tucumano a la economía provincial y cuáles son las actividades agrícolas que más impacto generan mediante las exportaciones?
En los últimos años, las exportaciones de Tucumán oscilaron alrededor de los U$D 900 millones. De este total, entre el 65% y el 70% lo aporta la agroindustria. La citricultura es la actividad agrícola que, junto con su industria, tiene mayor impacto en las exportaciones tucumanas. La agroindustria citrícola es responsable de alrededor de 50% de los envíos comerciales de la provincia. Anualmente, se exporta un 30% del limón que produce Tucumán, que equivale a unas 230.000 toneladas. La fruta tucumana tiene excelente calidad e inocuidad, cumple con los requisitos de los mercados más exigentes y representa el 90% de las exportaciones argentinas de limón. El resto de la producción de la fruta cítrica se procesa y se obtienen aceite esencial, jugo concentrado y cáscara deshidratada. Estos productos se destinan, mayoritariamente, al mercado externo representando, respectivamente, alrededor del 87%, 81% y 71%, de lo exportado por el país en estos rubros. Además, con origen en la agricultura Tucumán exporta, azúcar, maíz, soja, porotos y arándanos. En conjunto, estos productos representan menos del 20% de las exportaciones provinciales.
-¿Qué impacto tiene el campo en la generación de empleo?
Según datos del Ministerio de Economía de la Nación, del empleo registrado en la provincia, la actividad primaria aporta 33.000 puestos de trabajo y la industria 25.000. Hay que considerar que la actividad industrial de Tucumán tiene un importante componente agroindustrial.
-¿Se registraron variaciones en los cultivos?, ¿Disminuyen las plantaciones de limón y florecen otras producciones?
Existe una dinámica de rotación de cultivos. Podría decirse que es habitual, por ejemplo soja/maíz y soja/caña (en los lotes que serán renovados con caña de azúcar), y la siembra en invierno de trigo, especialmente, y en menor medida garbanzo en el área productiva que en verano ocupan la soja, el maíz y los porotos. Pero en los últimos años se ha producido un incremento del área con caña de azúcar, en principio hacia la zona ocupada con granos y, más recientemente, en el área citrícola. Esto se debe a la crisis de esta actividad, que llevó a su retracción. En cuanto nuevos cultivos pueden mencionarse plantaciones de nuez de pecán, entre los frutales, y colza, coriandro y cultivos de servicios en el área con granos, pero en extensiones pequeñas comparadas con las ocupadas por los cultivos tradicionales.