En un contexto económico desafiante y con un consumo cultural golpeado por la coyuntura, cumplir años no es un detalle menor. La librería Libro de Oro, ubicada en Barrio Norte (Corrientes 532), celebra sus siete años de vida con alegría, gratitud y una mirada esperanzada hacia el futuro. Su fundadora, Natalia Viola, dialogó con Norte Económico y compartió las claves para sostener un emprendimiento cultural en tiempos de incertidumbre.

“Llegar a un aniversario siempre te llena de energía. En un país donde los emprendimientos suelen tener una vida útil de cinco años, cumplir siete -y seguir adelante- es una gran alegría, pero también una apuesta. Venimos de meses muy complicados donde se notó la caída del consumo, particularmente en este rubro que muchas veces se percibe como un lujo”, explicó Natalia.

Natalia Viola cumplió su sueño de abrir una librería y fomentar la lectura.
Natalia Viola cumplió su sueño de abrir una librería y fomentar la lectura.

Aun así, el compromiso con la lectura, el trabajo sostenido y la capacidad de reinventarse fueron fundamentales. “El secreto es remarla. Cuando te gusta lo que hacés, siempre estás buscando innovar, atraer nuevos clientes y ofrecer algo distinto”, agregó. Esa búsqueda constante de generar comunidad es lo que distingue a Libro de Oro: no es solo una librería, es un espacio de encuentro.

Clubes, talleres y una comunidad de lectores

Uno de los pilares de la propuesta de Libro de Oro son los clubes de lectura y los talleres culturales, que le dan vida al espacio más allá de la venta de libros. “El club nació en pandemia como una forma de darle un costado social a la lectura, que suele ser una actividad íntima y solitaria. Con el tiempo se volvió un grupo de amigos, con encuentros mensuales donde compartimos lo que leímos. Esa conexión es mágica”, cuenta Natalia, mientras se prepara para una nueva reunión del club del centro, que ya tiene más de seis años.

Libro de Oro es también un espacio de encuentro.
Libro de Oro es también un espacio de encuentro.

Además, la librería apuesta fuertemente por el libro infantil, entendiendo su rol clave en la formación de nuevos lectores y como herramienta para acompañar la crianza. “Siempre llegan papás preguntando cómo sacar a los chicos de las pantallas. Y mi respuesta es: los chicos no pueden leer si no tienen libros a mano. Pero también hay que predicar con el ejemplo: ¿vos qué estás leyendo?”, propone Viola.

En un momento donde la tecnología muchas veces desplaza la lectura, Natalia plantea una vuelta a lo analógico. “El daño que hacen las redes sociales y los dispositivos en chicos y adolescentes es muy visible. Nosotros queremos ofrecer alternativas: talleres de escritura, dibujo, participación en ferias, y pronto, un nuevo club de lectura en otra ciudad”, anticipó.

Un refugio cultural en tiempos digitales

Libro de Oro no solo vende libros: construye puentes entre generaciones, crea espacios de conversación y fomenta el hábito lector desde la infancia. “Queremos que la librería sea un lugar tranquilo, donde se pueda leer, charlar o simplemente desconectarse un rato del ruido digital. Y también llevar esa filosofía afuera, a través de actividades que despierten curiosidad, creatividad y empatía”, concluyó.

En sus siete años, Libro de Oro se consolida como un refugio cultural en Tucumán, un proyecto que sobrevive y crece gracias a la pasión por los libros y al compromiso con una comunidad lectora que sigue eligiéndola.