El uso de billeteras virtuales ha mostrado un crecimiento notable entre los jóvenes en Argentina. Un estudio reciente revela que 9 de cada 10 adolescentes menores de 18 años ya cuentan con una billetera digital, mostrando una clara preferencia por los pagos electrónicos en lugar del dinero en efectivo. 

Este fenómeno es una de las manifestaciones más visibles de la digitalización de la economía, aunque también conlleva ciertos riesgos, especialmente relacionados con la falta de educación financiera en este grupo etario. 

La información proviene de la investigación titulada "Los adolescentes y las finanzas. Conocimiento y hábitos en Argentina", realizada por la ONG Junior Achievement y el Centro de Evaluación de Políticas Basadas en la Evidencia (CEPE) de la Universidad Di Tella, con el apoyo de BBVA. 

Este estudio, que se llevó a cabo sobre una muestra de aproximadamente 5.000 adolescentes de entre 14 y 19 años, revela que la proporción de jóvenes que no utiliza ningún instrumento financiero ha disminuido drásticamente, pasando del 41% al 9% en un lapso de dos años. 

Los hallazgos indican que el aumento en la inclusión financiera de los jóvenes está estrechamente vinculado a la adopción de billeteras digitales.

En 2022, un 51% de los encuestados afirmaba tener una cuenta en una billetera digital, cifra que se eleva a casi el 90% en 2024. Este cambio ha contribuido a una disminución en el uso de dinero en efectivo, ya que el 50% de los jóvenes prefiere realizar transacciones digitales, en contraste con el 42% que sigue utilizando efectivo. 

En 2022, el manejo de dinero cash predominaba, alcanzando un 86% de las preferencias. 

Vacío formativo

A pesar de estos avances, la educación financiera entre los jóvenes sigue siendo un desafío. Aunque un 78% de los adolescentes se muestra dispuesto a ahorrar, solo un 49% logra mantener este hábito, y un 29% admite gastar sus ahorros antes de lo planificado. 

En términos de género, los varones presentan una mayor inclinación hacia el ahorro (57%) en comparación con las mujeres (42%), y esta tendencia también se refleja en las diferencias entre adolescentes de distintos niveles socioeconómicos, con una brecha de 11 puntos porcentuales entre los niveles alto y bajo. 

La necesidad de fortalecer la educación financiera en el ámbito escolar es reconocida por el 79% de los adolescentes, sin que existan diferencias significativas por género o nivel socioeconómico. 

Sin embargo, la escuela no es la principal fuente de información para los jóvenes sobre finanzas. 

Un 25% de los encuestados indica que no habla con nadie sobre el manejo del dinero y sus planes financieros, aunque casi el 80% señala a sus padres como la principal fuente de consulta en esta materia, mientras que más de la mitad se informa a través de internet.

En cuanto a la autopercepción de sus conocimientos financieros, un 58% de los jóvenes considera que se maneja bien, aunque reconoce que podría mejorar. Este patrón se ha mantenido constante entre 2022 y 2024. 

No obstante, las diferencias de género son marcadas: el 37% de los varones se siente seguro en su capacidad para administrar su dinero, en contraste con solo el 21% de las mujeres que comparten esta percepción. 

Este fenómeno sugiere que, mientras la mayoría de las mujeres tiende a subestimar sus conocimientos, muchos varones tienden a sobrestimar los suyos.

Peligro latente

Además, el 54% de los adolescentes afirma que sus amigos participan en apuestas online, con una mayor incidencia en varones y en niveles socioeconómicos medio y alto. Sin embargo, solo el 7% admite haber apostado. 

Este comportamiento se asocia principalmente a la búsqueda de "dinero fácil" (59%), aunque también se vincula al entretenimiento (29%), conductas adictivas (8%) o metas de consumo específicas (4%). 

Las apuestas en casinos virtuales son las más frecuentes entre quienes conocen a personas que participan en estas actividades, seguido de las apuestas deportivas, especialmente entre los varones. 

Las motivaciones varían según el nivel socioeconómico: en los niveles altos, el aspecto lúdico es más relevante, mientras que en los niveles bajos, el énfasis se pone en la rápida obtención de ganancias. La capacidad crítica para evaluar la legitimidad de las fuentes de información financiera también es limitada. 

Un 56% de los encuestados está dispuesto a seguir consejos de inversión encontrados en redes sociales para manejar sus ahorros. 

Aunque confían más en familiares y expertos, más de la mitad de los jóvenes está abierta a invertir basándose en recomendaciones obtenidas en redes sociales, donde proliferan las promesas de retornos rápidos y extraordinarios en inversiones.