Durante la pandemia, surgieron numerosos proyectos que encontraron en la crisis una oportunidad para reinventarse. Uno de ellos fue Gerenciamiento empresarial para el éxito (GEPE), un espacio de formación académica donde se busca formar líderes y brindar herramientas empresariales, creada por Daniel Ortiz y Eduardo “Cacho” Avellaneda. Con una trayectoria de más de 15 años ayudando a empresarios y emprendedores en el crecimiento de sus negocios, los fundadores de GEPE decidieron formalizar y profesionalizar su labor, consolidando una metodología transformadora que hoy es clave para el desarrollo empresarial en Argentina.

"Este proyecto nació durante la pandemia, aunque la idea ya venía gestándose desde hace algún tiempo", señaló Daniel Ortiz, socio fundador de GEPE, en diálogo con Norte Económico. Sin embargo, fue en ese contexto crítico que tomaron la decisión de darle forma definitiva y crear una estructura que les permitiera ofrecer servicios formales a empresas que enfrentaban grandes desafíos. “Antes de formalizar GEPE, ambos realizábamos esta labor desde una perspectiva de responsabilidad social, sin generar ingresos”, recordó Ortiz, enfatizando que la pandemia aceleró el proceso y llevó a la constitución de la empresa tal como se la conoce hoy.

El objetivo de GEPE es claro: ayudar a empresarios y emprendedores a transformarse, dejando atrás el viejo modelo de comerciante para convertirse en verdaderos líderes empresariales. Ortiz describe esta transición como un proceso clave para el éxito. "Nuestra misión es ayudar a los empresarios a delegar responsabilidades y formar equipos de trabajo, facilitando su transición hacia un rol más estratégico", precisó. Esta transformación se basa en una filosofía de gestión conocida como "ganar-ganar", que busca construir equipos capacitados y bien remunerados, asegurando un beneficio mutuo tanto para la empresa como para los empleados.

El desafío de formar líderes empresariales

Uno de los desafíos más frecuentes que enfrenta GEPE es el proceso complejo para formar un líder empresarial. "Lo más importante es que el líder esté dispuesto a ser formado", expresó. Desde su experiencia, muchos empresarios desean salir de las tareas operativas y enfocarse en la dirección, pero no siempre están preparados para el cambio o dispuestos a implementar las medidas necesarias. “Nos ha pasado trabajar con empresarios que dicen querer cambiar, pero no implementan las directivas que les damos, lo cual demuestra que no están realmente convencidos", explicó Ortiz.

Para GEPE, el éxito radica en una visión sistémica y multidisciplinaria. El empresario no necesita ser un experto en todas las áreas, pero sí debe tener conocimientos generales en temas clave como contabilidad, recursos humanos, liderazgo y logística. “El empresario debe adoptar una visión sistémica", comentó Ortiz. “No se trata de saber todo, sino de contar con el equipo adecuado y ser capaz de delegar para dirigir de manera eficiente”, agregó.

Las tres cualidades esenciales de un buen líder empresarial

En la misma línea, Ortiz destacó tres características fundamentales que debe tener un líder empresarial. En primer lugar, la empatía. "El empresario debe tener empatía, tanto con su equipo de trabajo como con las personas en general", aseguró. En segundo lugar, es crucial tener una visión a largo plazo, lo que implica una clara proyección sobre el futuro de la empresa. Finalmente, Ortiz subrayó la importancia de la confianza en el equipo de trabajo, pues solo así es posible delegar responsabilidades y concentrarse en las cuestiones estratégicas. “Estos tres pilares son fundamentales para un buen liderazgo empresarial”, señaló.

Redefiniendo el éxito empresarial

Una de las lecciones más valiosas que enseña GEPE es redefinir la noción de éxito. Para Ortiz, el éxito no se mide exclusivamente por el dinero, sino por el equilibrio que cada persona logra entre sus objetivos profesionales y personales. “El éxito radica en alcanzar los objetivos que uno se propone en la vida”, afirmó. Esto significa que alguien puede ser exitoso tanto si decide construir una pequeña empresa para dedicar más tiempo a su familia, como si opta por liderar una gran compañía. Lo esencial, según Ortiz, es tener claridad de propósito. “La gran diferencia entre las personas exitosas y las que no lo son, es la claridad de propósito. Saber hacia dónde vas y qué quieres lograr es el primer gran paso para construir el éxito”, aseguró.

En cuanto al panorama actual del liderazgo en Argentina, Ortiz reconoce que hay una notable carencia en diversos sectores. “Actualmente, tanto en Tucumán como en Argentina, existe una notable carencia de liderazgo en todos los ámbitos, incluyendo el sector empresarial”, admite. No obstante, también destacó un fenómeno positivo: la aparición de una nueva generación de jóvenes empresarios con una visión global que está cambiando el escenario. Gracias al acceso a la información y a la globalización, los jóvenes están mejor preparados y tienen una mirada estratégica más amplia. "Hoy, los jóvenes pueden hacer cursos en línea, incluso gratuitos, algo que antes no era posible", indicó.