A partir del 1 de enero de 2025, las grandes empresas, industrias y comercios que consumen más de 300 kW de potencia eléctrica deberán adaptarse a un nuevo marco normativo que exige un mínimo del 20% de energías renovables en su matriz productiva. Esta regulación, establecida por el Régimen de Fomento Nacional para el Uso de Fuentes Renovables de Energía, tiene como objetivo fundamental promover una transición hacia un sistema energético más limpio y sostenible en Argentina.

El Régimen fue sancionado inicialmente bajo la Ley N° 26.190 y posteriormente modificado por la Ley N° 27.191. Su implementación representa un avance significativo en la política energética nacional, buscando incrementar la participación de las fuentes renovables en el consumo eléctrico hasta alcanzar el 20% para finales de 2025. 

Esta medida se presenta como una respuesta a la necesidad de descarbonizar los procesos productivos, alineándose con las metas globales de sostenibilidad y reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. La normativa estipula que las empresas y comercios que superen el umbral de consumo de 300 kW deberán contribuir de manera individual al cumplimiento de estos objetivos, lo que implica una revisión exhaustiva de sus actuales fuentes de energía. 

El Artículo 9° de la Ley N° 27.191 detalla que los grandes usuarios del Mercado Eléctrico Mayorista (MEM) y aquellos que sean clientes de prestadores del servicio público de distribución estarán obligados a implementar esta transición. Según el último informe de la Secretaría de Energía, al cierre del segundo trimestre de 2024, el Sistema Argentino de Interconexión (SADI) contaba con una potencia instalada de 43,602 MW. 

Durante este periodo, la generación neta de energía eléctrica alcanzó los 33,808 GWh, un 5.5% más que en el mismo trimestre del año anterior. De esta generación, el 52.1% provino de fuentes térmicas, mientras que el 37.9% se generó a partir de fuentes renovables y un 10% de energía nuclear.

A pesar de este crecimiento en la generación renovable, el informe también señaló un aumento del 1.5% en la demanda de energía eléctrica, alcanzando los 33,435 GWh, con un notable incremento del 8.1% en el consumo residencial, mientras que la demanda industrial y comercial superior a 300 kW experimentó una disminución del 5.1%.