Mientras los motores se calientan en Termas de Río Hondo para la segunda fecha del Moto GP, el Aeropuerto Internacional Benjamín Matienzo de Tucumán se ha convertido en el epicentro de una operación logística de gran envergadura. Gigantes aéreos como los Boeing 747-400F y 777F, provenientes de Bangkok, Tailandia, aterrizaron en suelo tucumano cargados con el valioso equipamiento de la competición.

La pregunta que surge naturalmente es: ¿Por qué Tucumán y no Termas de Río Hondo? La respuesta reside en las características técnicas que hacen del aeropuerto tucumano una base ideal para este tipo de operaciones. Según un informe publicado por LA GACETA, la longitud de la pista, de 3.500 metros, es un factor determinante. 

"La pista de Tucumán es fundamental para este tipo de operaciones," explica a ese medio Javier Glasberg, un piloto tucumano de 36 años que comanda un Boeing 747-400 de carga. "Su extensión nos permite aterrizar y despegar con seguridad, y su capacidad para soportar el peso de estas aeronaves es crucial".

Glasberg detalla que el "PCN" (Número de Clasificación de Pavimentos) es un indicador clave que evalúa la resistencia de la plataforma. El aeropuerto Benjamín Matienzo, gracias a las remodelaciones de 2017 enfocadas en la exportación de cítricos y arándanos, cuenta con un PCN adecuado para recibir estos colosos del aire.

Además, la infraestructura del aeropuerto tucumano permite el reabastecimiento completo de combustible, posibilitando vuelos de largo alcance de hasta 9.200 kilómetros. El aeropuerto también cuenta con el equipamiento de handling necesario para la carga y descarga eficiente del material, incluyendo escaleras, montacargas y generadores de energía.

FOTO DE DIEGO ARÁOZ/GENTILEZA LA GACETA

Sebastián Gottardi, piloto del Aeroclub de Tucumán, destaca otro aspecto importante: la rugosidad y el sistema de drenaje de la pista. "Estas características garantizan un buen agarre en condiciones adversas y minimizan el riesgo de aquaplaning en caso de lluvia," señala.

No es la primera vez que el aeropuerto tucumano juega un papel clave en la logística de grandes eventos. En 2013, recibió un Boeing 747 Jumbo para transportar arándanos, marcando un hito para la provincia.

Para Glasberg, volar un Boeing 747 es algo especial. "Tiene una mística particular por su belleza y tamaño. Es una máquina inigualable, diseñada para transportar grandes volúmenes de carga a largas distancias," afirma.

Así, mientras la adrenalina del Moto GP se apodera de Termas de Río Hondo, el Aeropuerto Benjamín Matienzo de Tucumán, silenciosamente, se erige como un actor fundamental en el despliegue de este evento de talla mundial, demostrando la capacidad y la infraestructura de la provincia para afrontar desafíos logísticos de gran magnitud.