Para impulsar las exportaciones, la Argentina -y Tucumán en particular- deben afrontar una serie de dificultades, muchas de ellas de origen interno como la crisis cambiaria y la inflación, que complican a las empresas al momento de planificar sus operaciones internacionales. 

Así lo manifestó el presidente de la Cámara de Comercio Exterior de Tucumán, Luis Honorato, quien, en diálogo con Norte Económico, subrayó que la inestabilidad del dólar y la suba de precios internos le restan competitividad al complejo exportador de la provincia.

¿Cómo impactan las tensiones del tipo de cambio y la inflación en las ecuaciones comerciales de las compañías exportadoras?

Históricamente, las empresas argentinas han sabido adaptarse a escenarios de inestabilidad. Pero en el resto del mundo esto no pasa. Entonces, la presiones internas sobre el dólar y la inflación llevan a que no haya parámetros de precios, especialmente para la compra de insumos productivos. Esto dificulta la planificación de los negocios y la competitividad.

Luis Honorato, presidente de la Cámara de Comercio Exterior de Tucumán.
Luis Honorato, presidente de la Cámara de Comercio Exterior de Tucumán.

¿Cómo afectó a las exportaciones tucumanas el incremento del transporte marítimo a causa de la guerra en Ucrania?

Este es un factor externo que, sin dudas, complicó la estructura de costos de las empresas. Es el caso del sector citrícola. Rusia es un mercado importante para el limón tucumano. Al no estar disponible, hubo empresas que tuvieron que direccionar parte de su producción para los productos derivados industriales del limón. Esto ayudó a la mano de obra local, pero afectó el volumen de las exportaciones. Cuesta mucho revertir este escenario.

En el contexto interno, ¿qué medidas espera el sector exportador, por parte del nuevo gobierno, para impulsar las operaciones de comercio exterior?

En primer lugar, es necesario una reapertura del diálogo con las empresas. Actualmente, esto no existe. También es necesario impulsar medidas macroeconómicas que simplifiquen el trabajo de las compañías y sus operaciones. Por último, es fundamental mejorar los controles fronterizos para combatir el contrabando. Los compradores de países limítrofes no quieren importar productos que luego ingresarán a sus mercados por contrabando. Esta realidad va en desmedro de los productores y de las empresas.