En busca de alternativas económicas frente a la fluctuante rentabilidad del monocultivo de limón, Tucumán ha experimentado una disminución significativa en la superficie cultivada de cítricos en comparación con campañas anteriores. En diálogo con Norte Económico, Dardo Figueroa, de la sección Fruticultura de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (EEAOC), analizó las causas de esta tendencia relacionada a una de las actividades productivas centrales de la provincia.

“Desde la campaña del 2022, se registró oficialmente un desmonte de 6.000 hectáreas. Esta situación, que ya lleva varios años, es principalmente resultado de la sobreproducción. El incremento de la producción en otros países como Turquía y España en el hemisferio norte y Sudáfrica en el hemisferio Sur, contribuyó a estrechar nuestras ventanas de oportunidad, lo que llevó a una sobreoferta a nivel global. Esta realidad constituye el primer factor que explica la crisis actual”, precisó. 

Figueroa detalló que hasta el año 2020, se registró un notable aumento en la implantación de hectáreas y este crecimiento, significativo y positivo, contribuyó a la sobreoferta existente. “Además, las condiciones de la economía política del país han generado una situación de baja competitividad para nosotros”, expresó.

El titular de Vivero Citrus, José Luis Palacios le explicó a nuestro medio que, durante los últimos años, el valor del limón disminuyó significativamente tanto en el mercado nacional como en el internacional. “El precio de la tonelada de limón cayó de forma notable. Ante esta situación, se comenzó a explorar alternativas de cultivo rentables en Tucumán y en el Norte Argentino, como la caña de azúcar, la palta, el mango y los granos”, precisó.

Desde la EEAOC señalaron que estos cultivos no son precisamente emergentes; más bien, son cultivos tradicionales que han sido cultivados en mayor o menor medida, a excepción del pecán, que está ganando una relevancia cada vez mayor. “No se está produciendo una migración masiva hacia estos cultivos; históricamente, la migración se ha dirigido hacia la caña de azúcar. Es posible que esta producción haya absorbido la mayor parte de las nuevas hectáreas cultivadas”, indicó Figueroa. 

Asimismo, analizó que es importante tener en cuenta que la infraestructura industrial y la estructura del sector permanecen intactas, y el producto básico, el limón, seguirá siéndolo. “Aunque esta situación afecta de manera variable a los diferentes productores, es innegable que el sector enfrenta una crisis real. Sin embargo, aún sigue generando ingresos significativos para la provincia”, señaló.

Variación superficie implantada con Citrus entre las campañas 2022 y 2023.
Variación superficie implantada con Citrus entre las campañas 2022 y 2023.

Restricciones

Figueroa separó lo que es la producción de fruta fresca del proceso industrial que se realiza con parte de este cultivo. En este análisis, señaló que otro factor que juega en contra para el sector son algunas restricciones impuestas por los mercados a los que se exporta el producto. Tucumán exporta aproximadamente el 25% de su fruta como fresca, aunque este porcentaje experimentó cambios debido a cuestiones cuarentenarias, según lo indicado por la EEAOC. 

Del total exportado, un porcentaje tiene como principal destino el mercado de la Unión Europea. Sin embargo, la Unión Europea intensificó estas restricciones, lo que llevó a la exploración de otros mercados. Actualmente, se exporta también a Rusia y se abrió el mercado de Estados Unidos.

En cuanto a la producción de jugo, aceite y cáscara, el negocio de los jugos se encuentra en una situación particular por la sobreoferta en el mercado. “Las pulpas y cáscaras deshidratadas tienen un valor atractivo últimamente por los subproductos que se obtienen de la misma (pectina, fibras y bioflavonoides), mientras que en el caso de los aceites, existen dos mercados principales: uno regulado por contratos y el otro libre. Los precios en ambos mercados son muy diferentes”, explicó Figueroa.

“Esperamos que esta crisis desaparezca o se reduzca a niveles mínimos en el mediano plazo. No obstante, difícilmente la rentabilidad de la actividad alcance nuevamente los elevados niveles de hace algunos años, pero esperamos que sean niveles razonables. Para ello, la mejora de la competitividad debería ser una prioridad. Desde mi punto de vista, esto está directamente ligado a políticas económicas efectivas. Tucumán es una provincia con un nivel de producción destacado y tecnología avanzada, por lo que no se trata tanto de una cuestión técnica como de elevar nuestra competitividad a escala global”, precisó.

A estas problemáticas, Figueroa también le añadió un aspecto relevante como es el aumento de los costos de producción debido a la inflación, un fenómeno que no es reciente, sino que viene afectando las campañas agrícolas desde hace varios años. “Además, los problemas logísticos en los puertos post pandemia provocaron un considerable incremento en los precios de los contenedores. Aunque se espera que esta situación se estabilice, este factor también tuvo un fuerte impacto en la crisis”, afirmó.

Cultivos alternativos

Si bien Figueroa confirmó que la mayor “emigración” se da hacia el cultivo de caña, también hay otros cultivos alternativos que experimentaron un gran crecimiento, como lo es la palta. 

“La palta emergió como una opción atractiva debido a su creciente demanda en el mercado interno argentino. Desde aproximadamente el año 2005, Argentina ha dejado de exportar palta Hass, la variedad más popular, debido a que el precio en el mercado nacional supera al de la exportación. El aumento significativo del consumo en el país ha impulsado los precios internos, lo que ha llevado a los productores a enfocarse en el mercado doméstico”, señaló Palacios. 

Crisis del limón: Miles de hectáreas desmontadas y el clamor por “recuperar la competitividad global”

En este contexto, Tucumán abastece a varios mercados nacionales, siendo el Mercado Central de Buenos Aires su principal destino, representando aproximadamente el 50% o 60% de las ventas. El resto se distribuye en diferentes mercados de todo el país, incluyendo Córdoba, Mendoza, Río Negro, Chubut, Santa Cruz e incluso Tierra del Fuego.

"El cultivo de palta requiere suelos profundos y aireados, lo que presenta un desafío en Tucumán, cuyos suelos suelen tener alto contenido de arcilla. A pesar de esto, existen pequeñas áreas con suelos adecuados para el cultivo de palta en la provincia”, destacó. El empresario detalló que, en términos de inversión inicial, se estima que el costo de implantar una plantación de palta en Tucumán oscila entre 3 y 4 mil dólares por hectárea. “Aunque el valor de la moneda extranjera puede fluctuar, esta cifra brinda una referencia para aquellos interesados en ingresar al mercado de la palta en la provincia”, aseguró.

El caso del pecán

Si bien el cultivo de pecán en Tucumán es relativamente nuevo, su proyección productiva augura márgenes de rentabilidad interesantes para quienes apuesten por él.  “Actualmente, Tucumán cuenta con alrededor de 350 ha implantadas y la curva de crecimiento de los últimos años indicaría que se continuará con la implantación de nuevos montes”, precisó Nicolás Mitrovich, técnico de la EEAOC. 

El cultivo de pecán está siendo ampliamente adoptado en áreas donde la producción de limón es difícil o inexistente, debido a su versatilidad y capacidad de adaptación. Según los relevamientos en curso realizados por la EEAOC, se observa que Burruyacú es el principal departamento con este cultivo, seguido por Trancas y La Cocha en proporciones similares.

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“El costo estimado de implantación del pecán es de alrededor de 5.500 dólares por hectárea, aunque este valor puede variar dependiendo de las condiciones específicas de cada proyecto. Es crucial contar con sistemas de riego para garantizar buenos rendimientos tanto en términos culturales como en la calidad de la fruta”, indicó.

“Las nueces con cáscara tienen como destinos principales el sudeste asiático, Brasil y Estados Unidos, mientras que la nuez pelada se dirige principalmente a Medio Oriente, Rusia, Estados Unidos y Europa”, aseguró. En cuanto al mercado interno, en pleno desarrollo, se busca que el pecán se convierta en un elemento habitual en la mesa de los argentinos.